viernes, 10 de febrero de 2012

Por un siglo más, no pasará nada.

Llevo bastante tiempo sin actualizar. Y mucho me temo que cuatro de cada diez veces que escribo, hablo de lo abandonado que tengo este blog. Señores, no es para menos.
Caminar sobre los árboles, ir a la escuela en paragüas al estilo Mery Poppins. Decir el mayor número de chorradas por segundo que a alguien se le pueda imaginar. Esas cosas, que quieras o no, nos llenan la vida.
Una ráfaga de sangre a la cabeza. O quizás la merienda en el parque un día de verano. Amo esos estúpidos recuerdos.
Quizás podamos inventar un juego de palabras que dejaremos de usar la semana que viene, pero que siempre añoraremos. 
Me confunde, cuando me encuentro con esa gente, que no va de frente, sin ninguna razón. Por eso, elijo muy bien a mis amigos. Y una vez los he elegido, puedo inventar un universo paralelo sólo para ellos, en el que podamos pasarnos las noches en vela, cantando. Y que por el día, fijan ser otras personas normales, cuando yo siempre sabré que son lo más importante del mundo.